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Microbioma: todo un micromundo viviendo sobre ti

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El microbioma es el conjunto de microorganismos que viven sobre nuestro cuerpo: nuestra piel, nuestras cavidades y mucosas, como la mucosa intestinal, la mucosa bucal, la mucosa vaginal…

Si tuviéramos ojos con capacidad de ver lo que observa un microscopio, alucinaríamos de la cantidad de microorganismos que abundan sobre nuestro cuerpo. Bacterias, hongos, ácaros, incluso virus conviven con nosotros en armonía. Sin embargo, no pienses que son tus enemigos, sin ellos no podríamos vivir.

Una simbiosis muy especial

La simbiosis es un tipo de relación interespecífica, es decir, entre seres vivos de diferentes especies, donde ambos se benefician y hay un vínculo tan estrecho que no podrían ya sobrevivir separados.

En Biocuriosidades, ya hemos comentado otras veces algunos ejemplos de estas relaciones. Una de las más especiales es la historia de la endosimbiosis seriada, descubierta por la científica Lynn Margulis, y que explica cómo la mitocondria y el cloroplasto de la célula eucariota eran antiguas bacterias que fueron acogidas por la célula, quedando en su interior como orgánulos celulares. Perdieron su libertad, pero ganaron un cobijo y alimento, permitiendo que la célula optimizara su metabolismo energético.

Este proceso fue vital en la evolución temprana de la vida, para originar vida más compleja. La simbiosis es un proceso que ha permitido, en muchos ejemplos de la historia de la vida, la evolución.

Nuestro microbioma forma otro ejemplo claro de cómo la simbiosis ha permitido mejorar nuestra salud y supervivencia.

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¡Tienes más bacterias que células humanas propias!

No, no estoy exagerando. Se estima que unos 2,5kg de tu peso total corresponden a microorganismos que conviven contigo. Eso puede ser más que el peso de tu propio cerebro.

Poseemos unas 37,5 billones de células humanas, pero en 2,5kg te aseguro que hay muchas más células bacterianas, fúngicas y de pequeños artrópodos como los ácaros que viven en los poros de tu piel. Se ha planteado el dato aproximado de que eres un 57% células del microbioma, más numerosas procariotas y un 43% eucariotas humanas.

Pero ¡no te asustes! si ellos no vivieran sobre ti, no habrías superado los primeros días de vida.

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Microbioma oral. Fotografía coloreada de microscopía electrónica. La mayoría de estas bacterias son beneficiosas, aunque algunas pueden ocasionar infecciones en la garganta o placa dental. Aumentos: x10000 a 10cm de ancho.

El microbioma y la salud

No establecer una correcta flora microbiana ocasiona graves problemas de salud los primeros días de vida. Por ejemplo, esta flora bacteriana viviendo sobre nuestra piel, nos protege frente a la entrada de otros microorganismos con potencial patógeno, es decir, que nos causarían enfermedades.

También, sin la flora bacteriana intestinal, nuestro tránsito intestinal, digestión y absorción de nutrientes se verían seriamente afectadas. Esta microbiota nos ayudan a absorber algunos nutrientes, como el calcio y hierro, o favorecen la síntesis de algunas vitaminas, como la K y algunas del grupo B.

Otras patologías que presenta una relación muy estrecha con la salud del microbioma son la dermatitis atópica, el acné o la candidiasis bucal o vaginal. Algunas alergias, también  se ha planteado que podrían estar relacionadas con problemas de base desde la infancia con alteraciones del microbioma, relacionadas en algún caso, con excesiva higiene o el uso de geles que alteran el microbioma.

Desequilibrios en la cantidad y variedad de microorganismos del microbioma, pueden originar un nicho que aprovechan para crecer sobre nosotros otros microorganismos no tan beneficiosos.

Dermatitis atópica y microbioma

En la dermatitis atópica, cuando el microbioma se desequilibra aumenta el número de ciertas bacterias, como Staphylococcus aureus. Una bacteria de forma esférica (coco) con colonias de color amarillo dorado (de ahí su nombre específico aureus). Esta bacteria, puede ser habitual sobre nuestra piel, pero cuando crece en exceso, unido al rascado por el picor tan intenso de la dermatitis y la aparición de heridas, las infecta, empeorando la situación, con infecciones subyacentes. Crece de manera exagerada, cuando la biodiversidad del microbioma sobre nuestra piel, está comprometida.

microbioma, dermatitis atópica, Staphylococcus aureus

Acné y microbioma

Este fenómeno, también ocurre por ejemplo, en el acné. Cuando el microbioma está desequilibrado puede crecer en exceso algunas bacterias como Cutibacterium acnes (antiguamente denomina Propionibacterium acnes), infectando los poros y provocando la aparición de acné.

Por cierto, el pus de las espinillas procede de glóbulos blancos que han caído en batalla luchando contra esta bacteria dentro del poro. La inflamación se provoca por la infección, para atraer a más glóbulos blancos a la batalla.

Candidiasis y microbioma

Otro desequilibrio en la flora, puede dar lugar a la candidiasis, tanto bucal como vaginal. Cuando se disminuye el número de bacterias de la microbiota, en ocasiones, aprovechan ese espacio levaduras que crecen habitualmente también en el microbioma, como Candida albicans. Aunque es una levadura habitual sobre nuestras mucosas, su sobrecrecimiento provoca la candidiasis, causando prurito, cambios sobre la mucosa que crece, inflamación, etc.

Este sobrecrecimiento puede ocurrir después de un tratamiento con antibióticos. Las bacterias mueren, pero las levaduras (hongos) no les afecta, por lo que estas crecen descontroladamente ocupando el espacio que han dejado las bacterias.

microbioma, Candida albicans
Candida albicans

Regulación del microbioma

Muchos tratamientos frente a estas y otras patologías que conllevan un desequilibrio del microbioma, ahora incluyen probióticos o prebióticos, que intentan regular la biodiversidad bacteriana para devolver la salud. Los probióticos incluyen microorganismos vivos y los prebióticos fragmentos de ellos o nutrientes que atraen a los microorganismos interesantes.

Esta es la razón, también, por la que se recomienda tomar yogurt después de un tratamiento con antibióticos. Los antibióticos, atacan a las «bacterias malas y buenas», es decir, te curará frente a la infección que padezcas, pero también matará bacterias de tu flora bacteriana. Matar estas bacterias, ya hemos visto que puede provocar que otros invadan su lugar y no siempre, los «buenos».

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El yogur, incluye bacterias para fermentar la leche, y que pueden cubrir el espacio que han dejado otros microorganismos muertos por los antibióticos, creando una flora saludable de nuevo.

En algunos casos especiales, se ha llegado a plantear el tratamiento con trasplante de heces. Si has leído bien, trasplante de heces. Unas heces saludables, pueden aportar la cantidad de microorganismos necesaria para recuperar la flora bacteriana intestinal en pacientes que la tengan afectada.

Cada microorganismo en su lugar

Cuando disminuye la flora intestinal, por ejemplo tras un tratamiento con antibióticos, pueden aparecer microorganismos perjudiciales, como Clostridium dificile. Esta bacteria aprovecha para colonizar cuando hemos perdido los microorganismos habituales del intestino, como la clásica Eschericchia coli, una bacteria habitual y beneficiosa de nuestra flora intestinal.

Esta E.coli, a su vez, colonizando otros puntos del cuerpo donde no debería estar, puede a su vez convertirse en infecciosa y patógena. Por ejemplo, cuando consigue acceder desde el ano a la uretra (la vía de salida de la orina). Si consigue penetrar por la uretra, puede causar infección de orina.

Como ves, todo desequilibrio que altere la flora puede ocasionar la aparición de nuevos microorganismos que no deberían encontrarse allí. A su vez, flora que accede a puntos donde no es su habitual, también pueden ocasionar problemas en nuestra salud.

Competencia microbiana

Sobre nuestro cuerpo, como ves, se libran batallas todos los días. Nuestro sistema inmune nos protege frente a agentes invasores que han accedido a nuestro organismo, pero nuestro microbioma es una de las primeras líneas de batalla, que controlan el acceso de estos patógenos.

Si el microbioma es saludable, rico en una biodiversidad de microorganismos adecuada, podrá controlar que otros microorganismos perjudiciales consigan acceder a nuestro organismo. Se establece pura competencia microbiana, donde sobreviven los más fuertes.

El equilibrio entre los microorganismos, también es vital, ya que si algunos microorganismos se ven afectados, los que quedan pueden crecer en exceso, ¡convirtiéndose en patógenos oportunistas!

2 COMENTARIOS

  1. Qué interesante, Susana, me ha encantado. Cuándo te pones en modo bióloga descubres a tu audiencia un mundo visto desde un punto de vista alucinante. Gracias por tu esfuerzo.

    • ¡Muchísimas gracias, Miguel! Siempre me ha apasionado el microbioma. Me alegro que me hayas acompañado y disfrutado de este micromundo 🙂 un abrazo

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